10 de diciembre de 2023
El 10 de diciembre de 2020, los integrantes del Pleno del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) me concedieron el más alto honor en mi trayectoria profesional en el servicio público, al elegirme como Comisionada Presidenta para el periodo 2020-2023. Un reto que asumí con vocación y talante democrático para atender a cabalidad el compromiso de cumplir con rigor las obligaciones constitucionales y legales conferidas a este Instituto. Hoy que concluyo este encargo, lo hago con la certeza de que servir a mi país, desde esta posición, representó uno de los mayores retos personales y profesionales de mi vida.
En un contexto marcado por una coyuntura extraordinaria como la emergencia sanitaria que cambió el mundo, y en medio de la inhabilitación del Pleno para sesionar por la falta de nombramiento de tres comisionados, prioricé, en todo momento, una administración basada en la responsabilidad y apegada a la legalidad, independencia y con el compromiso irrestricto con la sociedad. El desafío no fue menor, pero la construcción del diálogo plural, el respeto y la apertura que distingue el trabajo colegiado del máximo órgano de dirección del INAI, fueron la guía de mi actuación.
En un entorno social y político de nuevas exigencias y retos para las instituciones que formamos parte del Estado mexicano, contar con un organismo eficiente, a la altura de los más altos estándares democráticos, era una condición necesaria para consolidar a una de las instituciones fundamentales para el país. En la búsqueda de ese objetivo fue imprescindible mostrar el valor y la utilidad que tienen los derechos que tutela este órgano garante, tanto para la democracia, como la sociedad misma.
Hoy más que nunca estoy convencida de que la única forma plena para generar una articulación entre la sociedad y sus gobernantes, tiene como fundamento la verdad, la pluralidad, el diálogo, la exigencia y la protección de nuestra esfera más íntima. Ahí es precisamente donde se inserta la función social del INAI. En tanto que vela permanentemente porque la información sea pública y esté al alcance de toda la población, al tiempo que protege la privacidad de las personas, para que, con ello, se promueva una verdadera sinergia y diálogo democrático con su principal protagonista: la ciudadanía mexicana.
La vida de las instituciones es larga y debe subsistir más allá de los ciclos de quienes ejercen funciones directivas.
Estoy convencida de que el INAI trascenderá las coyunturas, pues, como lo señalé en diversos momentos: no hay democracia que pueda vivir sin transparencia.
Mi compromiso seguirá siendo con los principios republicanos, la defensa de los derechos humanos y la conformación de una democracia paritaria e incluyente.